Where the mind is without fear and the head is held high
Where knowledge is free
Where the world has not been broken up into fragments
By narrow domestic walls
Where words come out from the depth of truth
Where tireless striving stretches its arms towards perfection
Where the clear stream of reason has not lost its way
Into the dreary desert sand of dead habit
Where the mind is led forward by thee
Into ever-widening thought and action
Into that heaven of freedom, my Father, let my country awake.
Rabrindanath Tagore
Amaros los unos a los otros como yo os he amado
Juan 15, 12.
Epitafio de la Madre Teresa de Calcuta
Epitafio de la Madre Teresa de Calcuta
Incluso para uno que ya está un poco acostumbrado a India, Calcuta es una ciudad impresionante. La pobreza está mucho más a la vista que en otras ciudades. Los edificios coloniales, de principios del siglo XX o incluso más antiguos, harían de Calcuta una ciudad preciosa...si estuvieran reformados. La mayoria están cayéndose a pedazos, como los fantasmas de otra época que son.
Las calles están sucias, incluso para los estandares indios y los dhabas (puestos callejeros de comida abundan en ellas. Además, Calcuta es, por lo que sé, la unica ciudad india donde aún quedan ricksaws con tracción humana. El conjunto es muy pintoresco y algo triste.
Una ciudad que habría pasado con más pena que gloria ante nuestros ojos de no ser por Fernando y su familia e Iñaki, que nos acogieron allí, nos enseñaron algun rincones chulos y nos dieron muy bien de comer. ¡Muchas gracias!
Entre esos rincones, me encantaron dos: el barrio de los alfareros, donde preparan estatuas de barro que decoran con guirnaldas de flores para cada una de las infinitas celebraciones del calendario hindú. Terminada la ofrenda, sumergen las estatuas en el río sagrado para que vuelvan a convertirse en barro que permita moldear nuevas estatuas. Incluso nos ofrecieron hacernos un busto de barro a medida por....¡100 euros!
Por nuestra cuenta, visitamos el centro fundado por la Madre Teresa: presentamos respetos a su tumba, leímos su biografía en unos carteles y contemplamos la muy humilde habitación desde donde dirigía el imperio de la miserocordia que, con una extraordinario liderazgo, llevó a cabo. Entre todas las escenas impresionantes que veo cada día en este país, esa pequeña habitación...
Por último, visitamos la casa de Tagore, una enorme mansión colonial que no nos dijo nada. Claro que todo esto que os cuento lo habéis leído ya mucho mejor contado aquí.
Edifio colonial SIN reformar (la norma)
Edificio Colonial CON Reforma (la excepción)
Una ciudad que habría pasado con más pena que gloria ante nuestros ojos de no ser por Fernando y su familia e Iñaki, que nos acogieron allí, nos enseñaron algun rincones chulos y nos dieron muy bien de comer. ¡Muchas gracias!
Entre esos rincones, me encantaron dos: el barrio de los alfareros, donde preparan estatuas de barro que decoran con guirnaldas de flores para cada una de las infinitas celebraciones del calendario hindú. Terminada la ofrenda, sumergen las estatuas en el río sagrado para que vuelvan a convertirse en barro que permita moldear nuevas estatuas. Incluso nos ofrecieron hacernos un busto de barro a medida por....¡100 euros!
Y los templos jainistas escondidos entre callejuelas y sacados, sin duda, de las mil y una noches. Los jainitas son una rama del hinduísmo, conocidos porque son vegetarianos estrictos: no comen nada que tenga sistema nervioso. Los más estrictos ni siquiera comen patatas o zanahorias, por los bichitos que puedan tener. Sin embargo, tienen unos templos chulísimos e incluso unos divertidos tio vivos, como podéis ver:
Maria con Fernando y su familia
El templo de cristal de lejos...
...Y de cerca
Julián y un servidor "montando" en el "tio vivo"
Por nuestra cuenta, visitamos el centro fundado por la Madre Teresa: presentamos respetos a su tumba, leímos su biografía en unos carteles y contemplamos la muy humilde habitación desde donde dirigía el imperio de la miserocordia que, con una extraordinario liderazgo, llevó a cabo. Entre todas las escenas impresionantes que veo cada día en este país, esa pequeña habitación...
Estébanez, deja de hacerte el modesto diciendo que todo está contado mejor en otros blogs que sabes que no es verdad! jejeje.
ResponderEliminarLa proxima vez no tardes tanto,porque casi no nos acordamos que has estado en Calcuta.
ResponderEliminarUn beso
Muy interesante, como siempre. Por cierto, el palacio de cristal...no tiene cristal!
ResponderEliminarMuy bueno Iker, qué ganas me han entrado de hacer una visita por allí!
ResponderEliminar;)
Un abrazo!
Me ha gustado mucho la información y las fotos así me voy haciendo una idea, y no me asustaré cuando vaya.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte Pili